La nuestra es una vida y una casa con Música


Marzo 2015

Treinta años de música viva no son 'un evento', ni un rasgo de 'buen gusto' con motivo de una fiesta escolar, un adorno. Constituyen el testimonio persistente del modo de ser propio o del modo de entender la educación, o la vida, de una Institución. Concebir a la Música como un elemento imprescindible de la cultura occidental es -a pesar de su evidencia-, raro en la programación de las grandes instituciones académicas. Integrar la enseñanza y el desarrollo de las potencialidades musicales de cada alumno como objetivo de un centro educativo es -fuera de los conservatorios- aún más raro.
En cambio, a lo largo de varias décadas se han formado 'con música' algunos centenares de profesionales que ya ejercen su tarea en países tan diversos como Kazajistán o los Estados Unidos de América, empresarios, médicos, arquitectos, ingenieros, o algunos que son ya padres de alumnos o profesores en nuestro Colegio. Ya fuesen más o menos aficionados a la Música o integrantes de nuestros coros, la Música estuvo presente, integrante, en su educación: como tema de clase, como marco inolvidable de las ceremonias más importantes o en nuestros queridos e íntimos 'Conciertos en la Biblioteca'. De Música han estado hechos nuestros recuerdos en esta Institución que ha sido casa común o marco de un largo trecho de vida compartida para varios miles de personas. Así es nuestra casa. El 7 de marzo terminó uno de los ciclos anuales de conciertos de música de cámara y ya está naciendo, vivo e ilusionado, el proyecto del siguiente. La andadura y los recuerdos de los alumnos, profesores y padres que comenzarán su andadura el próximo año entre nosotros será también una vida con Música.
Una Institución educativa es, además de un centro de enseñanza, una oportunidad para el descubrimiento. Los alumnos descubren un modo nuevo de entender el entorno, el paisaje. Y también el interior: la dimensión de sus propias potencialidades. También nosotros, los adultos, aprendimos a descubrirnos en dimensión de padres y como profesores. Por esta casa pasaron (y pasarán) algunas decenas de músicos. Muchos de ellos descubrieron en sí mismos una inexplorada dimensión de maestros. También nosotros, los fieles seguidores de estos 'Conciertos en la Biblioteca' descubrimos calladamente nuestra capacidad de hacer música con los grandes compositores.
Es sabido que el sonido, sin un oído que sea capaz de percibirlo, o no existe o es sólo pura teoría acústica. Las partituras llegan a ser música cuando alcanzan a un alma capaz de percibirlas como tal, es decir, de convertirlas en Música. Así, hemos venido 'haciendo' (y seguiremos haciéndolo) mucha y bellísima Música. Y, al tiempo, una bella casa: el hogar de un intenso trecho de nuestras vidas y de la de nuestros alumnos e hijos. Una casa con Música.
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