Qué esperamos


Qué esperamos de las familias y de los alumnos que se incorporan a nuestro centro educativo

El carácter de elección recíproca quisiéramos que caracterizase a cualquier incorporación a nuestro proyecto educativo. Quisiéramos acoger a quienes nos han elegido como proyecto, ámbito, profesionales y estilo educativo para sus hijos en el seno de una decisión positiva, libre y consciente de la pluralidad de ofertas disponibles.
La nuestra es una invitación al trabajo en común con los padres, desde nuestra condición y vocación de educadores.
Lo que esperamos de las familias que se acercan a nosotros es que, desde el ámbito de la familia, en estrecho contacto con el tutor general de su hijo, nos ayuden a que el alumno aproveche plena y gozosamente la oportunidad que le ofrece la cantidad de recursos, programas, posibilidades y que pone en juego nuestro Colegio al servicio de su educación integral.
Ésa, precisamente, desde la concreta concepción de nuestro ldeario, es la dimensión de nuestra vocación.

La decisión de inscribir a un hijo como alumno del Colegio Internacional Europa.
La decisión, por parte del Colegio Internacional Europa, de admitir a su hijo como nuevo alumno.


Ya se considere desde una u otra perspectiva (la de la familia o la del Colegio) se trata de una decisión extremadamente importante que tendrá efectos (todos queremos que muy beneficiosos) a largo plazo.
Por eso debe tratarse de una decisión muy lúcidamente tomada y a partir de datos muy claramente definidos, claramente entendidos.
De aquí la necesidad –que hemos entendido imprescindible– de expresar muy detallada y largamente qué es el Colegio Internacional Europa, como entendemos la educación, cuál es nuestro modo de pensar, cuáles las características de nuestro Colegio y de nuestro programa educativo.
Queremos, por una parte, que si toma la decisión de escogernos como el centro en el que se educarán sus hijos sea en función de éste modo de entender la educación, de este Ideario y de estas características (desde luego, si lo que aquí expresamos le resulta indiferente, si nos elegiría aunque fuésemos de otro modo, en función de criterios de cercanía, de “moda”, etc, por favor, no lo haga).
Un Colegio sin un Ideario y unas características diferenciados (un Colegio “como todos” en cuanto a su programa y características) apenas admite la necesidad de una decisión pormenorizada. No necesita publicar un Ideario. Tampoco resulta especial y singularmente controvertido. Un centro que debe limitarse a los horarios, estructura, etc. que corresponden a los “requisitos mínimos oficiales” sólo puede ser mejor que otro de caracteres análogos en la medida en que en un determinado momento disponga de recursos que son circunstanciales y cambiantes: por ejemplo, en función del profesorado que en un determinado momento imparte allí sus clases y que puede ser destinado a otro centro. Los programas y objetivos, en cambio, serán muy similares a los restantes del mismo tipo en otras zonas. Las familias se adscriben a ellos, por otra parte, en función de su zona o barrio de residencia.

El nuestro es y quiere ser, en cambio, un Colegio diferente, sometido a la libre y consciente elección o al rechazo de las familias. Y, en consecuencia, necesariamente elegible o rechazable por unos o por otros. También, por su parte, el Colegio desea acoger sólo a quienes nos escogen. Probablemente la opinión de los demás, por favorable que sea, tampoco le servirá para una decisión tan “personal” como ésta.
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