Javier Domínguez Gutiérrez
Antiguo alumno
Actualmente nos escribe desde Grand Teton National Park, en Wyoming, medio oeste de los Estados Unidos, donde trabaja de Assistant Manager en el Departamento de Food and Beverage de un hotel propiedad de Vail Resorts.
En 2016 terminará el Doble Grado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas en inglés y lo hará en Monterrey (noreste de México) gracias a una Beca Mexicalia concedida por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
En primer lugar te felicitamos por haber ganado la Liga Española de Lacrosse 2 (LEL2) con el equipo Sevilla Lacrosse. ¿Qué relación tiene este equipo con el Colegio?
La impronta que ha dejado el Colegio en el Club Sevilla Lacrosse es fundamental hasta tal punto que, sin ella, no se hubiera conocido este lejano deporte en nuestra ciudad. Varios alumnos participamos en uno de los intercambios que cada año hace el Colegio, en este caso se trató de Alexander Dawson School en Boulder, Colorado, en la primavera de 2008. Allí tuvimos el primer contacto con el Lacrosse y nos impactó tanto que quisimos seguir practicándolo al volver a España.
Durante el siguiente año estuve viajando a Rota y Madrid para jugar con los pocos ilusos que se atrevían a jugar a un deporte que nadie conocía, no obstante iba poco a poco calando en nuestros círculos de amistad más cercanos.
En octubre de 2009 nos reunimos algunos alumnos del Colegio (Pepe Manzano, Carlos Rodríguez, Juan Antonio Zarza y Bruno Pérez) y junto con otros amigos nos establecimos oficialmente como Club Deportivo Elemental en Andalucía. Sin ser más que un grupo de estudiantes que se reunían de vez en cuando y sin otra financiación que la nuestra propia, vino la segunda -y quizá mucho más importante- ayuda del Colegio donándonos material para empezar a jugar. Gracias a esta aportación el grupo de amigos empezó a entrenar y a enseñar a cada persona que quisiera integrarse.
Desde este momento empezamos a entrenar gracias a la ayuda del Excmo. Ayuntamiento de Tomares, que nos proporcionó un campo cada domingo. En Navidad de ese mismo año estábamos jugando en Madrid y ya ganábamos los primeros partidos.
Debido a ese inicio tan prometedor pudimos establecernos como un centro del Lacrosse en España y en 2010 con el esfuerzo de todos empezaron a fundarse clubs a lo largo del país. También se desarrollaron torneos sueltos siempre con vistas a lograr una competición consolidada.
El verano de 2010 me llevó junto con Carlos y Bruno a disputar el Campeonato del Mundo de Lacrosse que tuvo lugar en Manchester, Reino Unido. ¡Con un papel inesperado y quedamos justo en mitad de la tabla!
A día de hoy contamos en España con más de 12 equipos masculinos y 6 femeninos, los primeros divididos en dos ligas nacionales y las segundas con 3 torneos al año. Sevilla Lacrosse participa junto con otros 7 equipos en la liga de desarrollo, actualmente la LEL2, con reglas que se adaptan a un menor número de jugadores.
Este corto pero orgulloso desarrollo del Lacrosse como deporte en España no hubiera tenido lugar sin las personas que impulsamos nuestros equipos en las diferentes ciudades y pudimos ensalzar la competición a nivel nacional. Por nuestra parte, no hubiera existido ni equipo en Sevilla sin ese primer intercambio a Estados Unidos que realizamos con el Colegio y el apoyo posterior que siempre nos dieron desinteresadamente.
¿En qué año saliste del Colegio?
2010
¿Durante cuántos años fuiste alumno del Colegio?
“Desde los 3 años hasta la Universidad”
¿Cómo definirías tu paso por el Colegio?
Habiendo estado toda mi vida en el Colegio no tengo más que buenas palabras; soy quien soy gracias él y a mis padres.
Siempre recibí un trato muy cordial y profesional desde los profesores y trabajadores del centro y con muchos de ellos todavía guardo una respetuosa pero sincera amistad.
Participé en todos los intercambios que pude yendo a Alemania y Estados Unidos y nunca falté a una excursión ya que mis padres y yo creíamos firmemente en la educación que aporta el viajar y conocer otras culturas.
¿Qué representa para ti el Colegio en tu vida actual?
Un punto de referencia al que mirar atrás del que sólo tengo buenos recuerdos y que significó la gran base sobre la que construyo mi formación día a día.
¿Qué valores sientes que te inculcaron principalmente en el Colegio?
Si tuviera que recalcar tres, por no extenderme demasiado, diría que la integridad y honestidad a la hora de tratar con las personas con las que me relaciono, el trabajo duro y la constancia que aporta el estudio y una mentalidad abierta, tolerante y respetuosa que me ha llevado a no parar de viajar desde siempre.
¿Qué fue lo que más te marcó del Colegio?
Desde un punto de vista formativo, el inglés impartido me ha llevado a ser a día de hoy bilingüe y a desarrollar un pequeño afán por las lenguas extranjeras. No con fluidez sino con esfuerzo hablo un alemán medio y también sueco y francés básicos.
Desde el punto de vista emocional, todas las amistades que aún mantengo y que me acompañarán, como el Colegio, toda vida.
¿Qué profesor/a recuerdas especialmente?
Siempre tendré en mi mente a Paul, que fue tutor y profesor mío desde pequeño y volvió con nosotros en 3º de ESO para cogernos un poco más mayores. Su absoluta dedicación a nosotros siempre me conmovió y me llevó a esforzarme un poco más.
No puedo olvidarme de Manolo, nuestro profesor de Física que -si bien chocábamos algunas veces por ser los dos unos autenticos cabezotas- fue una de las personas que más me aportó durante mi etapa en el Colegio y al que siempre me alegra mucho volver a ver.
¿Qué importancia han tenido los idiomas en tu carrera?
La señal de la importancia de los idiomas se ve claramente en el currículum cuando tus dos únicos puestos de trabajo en España han sido en un campamento bilingüe y en una multinacional francesa de la automoción. Todos los veranos desde que salí del Colegio los he pasado en el extranjero trabajando, dos años en el Reino Unido y tres en los Estados Unidos, perfeccionando mi inglés y adquiriendo experiencia para el futuro. Todo esto por supuesto gracias al gran nivel de inglés que tenía al terminar bachillerato.
¿Participaste en algún programa de intercambio internacional del Colegio? ¿Qué te aportó?
Ya mencionados anteriormente, participé en el Intermcambio con el Hebbeschule de Kiel en el norte de Alemania y con el Alexander Dawson School de Boulder, Colorado, en el medio oeste de Estados Unidos.
En general un intercambio te obliga a salir de tu zona de confort, a convivir con una familia o a integrar a quien viene a la tuya. Es una experiencia muy enriquiecedora por todos los aspectos que promueve en tu formación. Una inmersión completa en un país extranjero te aporta el conocimiento y la perspectiva de nuevas culturas y por supuesto un avance que no se produciría de otra forma en la oralidad de otro idioma.
En lo personal me han aportado una familia al otro lado del charco con la que 5 años después, al visitarlos sin prácticamente ninguna realción desde entonces, me recibieron con los brazos abiertos, como si nunca me hubiera ido.
¿Sigues manteniendo relación con antiguos compañeros del Colegio?
Mis amistades del Colegio más íntimas lo serán para toda la vida. Con aquellos compañeros que por desgracia es más difícil mantener la amistad siempre encontrarán en mí a un fiel amigo y no tendré para ellos más que risas y buenos ratos cuando coincidamos.
¿Qué consejo darías a los actuales alumnos del Colegio?
Que aprendan a valorar la suerte que tienen de estar donde están y aprovechen al máximo cada pizca de lo que el Colegio, los compañeros y los profesores pueden aportarles para ser cada día mejores. No es hasta que pierdes algo que empiezas a darle valor realmente y a acordarte de los buenos momentos que pasaste allí.
¿Por qué le recomendarías tu Colegio a los padres de un posible alumno?
Principalmente por la educación integral que el Colegio proporciona, no sólo de corte académico sino también en valores. El estar centrado en la proyección exterior del alumno y en su desarrollo personal hacen que el Colegio sea una decisión muy acertada para la educación de sus hijos.
Desde que dejé el Colegio y entré en la Universidad he llevado una vida bastante agitada, sin parar de viajar, conociendo gente y lugares nuevos. Todo eso se lo debo al Colegio, a la formación que me dio y a las grandes personas que conocí allí. No obstante, cuando llega el invierno, siempre que puedo me escapo de lo que esté haciendo para hacer una visita en la fiesta de Navidad. Me alegra mucho volver a ver a los profesores que siguen igual que siempre, ver las nuevas pistas o edificios y ver a los alumnos que cada vez parecen más chicos. Aunque yo no esté ya allí y -siendo sincero- estas visitas han sido más escasas que numerosas, siempre llevaré al Colegio conmigo allá donde vaya porque, como he dicho antes no sería la persona que soy hoy sin la huella del Colegio.
Muchas gracias, Javier.